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martes, 8 de marzo de 2016

Extraña tormenta oscura al atardecer




Llueven feroces perros esta noche,
La carne abierta de las calles
se anega de ladridos y huesos,
Millones de zapatos pisan salpicando
de sangre gris  los muros opacos

Llueven perros en esta noche hostil,
me muerden el pelo y las uñas
Sus gritos empapan todas las ventanas,
me arañan el rostro con sórdido afán
sus bocas babean verdes charcos rabiosos

Llueven perros durante horas furiosas.
Contra los cristales, contra las puertas,
Contra las camas, contra las barras de los bares
Contra las palabras, contra los mendigos,
Contra la juventud y contra los tristes envejecidos.

Llueven perros desde un cielo púrpura,
Esparcen negras pulgas a su paso
como impías nubes un granizo enfermo;
Y nadie estará a salvo de los animales
porque corrientes de rabia descienden a chorros.


3 comentarios:

  1. Apocalíptica y negra es la sensación que me dejas. Un afectuoso ladrido.

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  2. De eso se trataba amigo Jota. Un poema antiguo que rescato en mi posible regreso por estos lares.

    Guau

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  3. No he visto esa peli. A ver si pongo remedio.

    El perro de una amiga ladra con las tormentas y los cohetes. Aunque a lo mejor otros también y estoy diciendo una obviedad.

    Qué gracia la ambiguedad de ese 'guau' si uno lo piensa: o por los perros o por la emoción del regreso (aunque te descubrí cuando acababas de irte, hace un año): guau :)

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