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martes, 13 de octubre de 2009

Dignidad del arte



Yo escribo para quienes no pueden leerme. Los de abajo, los que esperan desde hace siglos en la cola de la historia, no saben leer o no tienen con qué.
Cuando me viene el desánimo, me hace bien recordar una lección de dignidad del arte que recibí hace años, en un teatro de Asis, en Italia. Habíamos ido con Helena a ver un espectáculo de pantomima, y no había nadie. Ella y yo éramos los únicos espectadores. Cuando se apagó la luz, se nos sumaron el acomodador y la boletera.
Y, sin embargo, los actores, más numerosos que el público, trabajaron aquella noche como si estuvieran viviendo la gloria de un estreno a sala repleta. Hicieron su tarea entregándose enteros, con todo, con alma y vida; y fue una maravilla.
Nuestros aplausos retumbaron en la soledad de la sala.
Nosotros aplaudimos hasta despellejarnos las manos.


Eduardo Galeano.

Este post es un pequeño regalo para la única persona que llama de Usted. En parte por los regalos que ella me hace, en parte por que lo necesita. Y como no todo van a ser fresas, he de decir que me encanta Bailando en la oscuridad. "Nobody,s Perfect"




2 comentarios:

  1. este post es un regalo de verdad :)
    sincero y sencillo, demasiado elegante diría yo



    me gustó

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  2. ¿Recuerda esta cita, Mr Future periodista? Creo que se la escribi tiempo ha, cuando usted me regaló de la genial metáfora de la silla que guardo como gold in paño ("una silla ya no volverá a ser sólamente un trozo de madera").

    "Una vez concluido un cuadro, no deseo perder meses enteros en justificarlo ante todos. Lo importante para mí no es a cuántos gusta, sino a quiénes". Gustav Klimt

    Gracias por recordarmelo y por el apoyo y por el abrazo empático. Hablando de abrazos, sin saberlo, me ha hecho dos regalos hoy porque su texto de Galeano me ha llevado a coger El libro de los abrazos, book que tenia pendiente desde hace tiempo y que hoy me sonreía descaradamente desde lo alto de la estanteria al mas puro Rhett Buttler style. Me he emocionado desde la página uno, asi que de contadora a contador, le dejo un par de presents que probablemente ya conozca, pero que me han tocado especialmente y me apetece compartir:

    "A la casa de las palabras, soñó Helena Villagra, acudian los poetas.
    Las palabras, guardadas en viejos frascos de cristal, esperaban a los poetas
    y se les ofrecían, locas de ganas de ser elegidas:
    ellas rogaban a los poetas que las miraran, que las olieran, que las tocaran,
    que las lamieran. Los poetas abrían los frascos, probaban palabras con el dedo
    y entonces se relamían o fruncían la nariz.
    Los poetas andaban en busca de palabras que no conocían
    y también buscaban palabras que conocían y habían perdido.
    En la casa de las palabras había una mesa de los colores.
    En grandes fuentes se ofrecían los colores y cada poeta se servia del color
    que le hacía falta: amarillo limón o amarillo sol, azul de mar o de humo,
    rojo lacre, rojo sangre, rojo vino ..."

    "Ese hombre, o mujer, está embarazado de mucha gente. La gente se le sale por los poros. Así lo muestran, en figuras de barro, los indios de Nuevo México: el narrador, el que cuenta la memoria colectiva, está todo brotado de personitas".


    Kisses en palabras, personas y colores ***

    P.S. Me gusta hablar de usted a veces de la misma forma que me gusta cambiar de idioma. Es mas divertido :)

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