Primero escuchamos a Mark Eitzel
romperse a si mismo al ritmo de
su grave voz. Luego lloramos
con Nacho, en directo: Maldición,
Dry Martini, Morir o Matar.
Nos supo a poco, y decidimos
emborrachar nuestro corazón
de Pacharán. Los dos queríamos
olvidar penas, obviar mujeres,
retirar la espina del daño a
base de vasos y canciones de Bob.
Luego llegamos a tu casa, tu
tocabas la guitarra. Yo canturreba,
borracho como un sol, Viejas canciones
de Smog. Y cómo sobrevivir, me
preguntas: Sin amor ni consuelo.
Yo te (me) respondo:
nos queda la música, algunos
libros y mil recuerdos de noches
que no exitieron. Guardo para mi
mi lamento: Eva no existe.
El balcón como una tentación irresistible....
Ahora escuchad esto: Pincha aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario